...para que no pase nada.
Crecen como espuma los ingresos de las empresas de telecomunicaciones, y se invierte casi nada en infraestructura.
Los taxistas que controlan el mercado de transporte en Los Cabos, emparentados con el gobernador perredista de Baja California Sur, siguen en abierta disputa con el sector turístico.
Mientras que sus colegas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (al fin, monopolios), siguen cobrando lo que quieren a los visitantes incautos. Al igual que los maleteros que acaparan ese espacio, o los que cobran por el uso de las sillas de ruedas. Que al fin todo se vale, y es negocio.
¿Y dónde está la protección para el usuario en contra de medicamentos chafa, bienes raíces deficientes, tasas desmesuradas, educación de tercera, servicios de cuarta, kilos de a gramo, litros parciales...?
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