Hoy mismo tendrá lugar el examen de oposición de maestros en servicio y de nuevo ingreso, a pesar de que aparentemente ya se otorgaron hasta la mitad de las plazas, según algunos medios.
El trabuco político-electoral y operadora de franquicias que tangencialmente se ocupa de la educación pública en México, también llamado SNTE, accedió a someterse a esta prueba mediante acuerdo con la Secretaría de Educación Pública, en cuyas filas labora como responsable de Educación Básica el yerno de la Administradora Principal e Indiscutible Líder Moral del Magisterio, y principal defensora de sus aliados en otras áreas de Gobierno. Sobre todo, los que incurren en conductas bastante alejadas de la ortodoxia administrativa.
Pero como ya es costumbre resolver estos asuntos a la mexicana y darles un giro nuevo, ya circula la versión de que si los resultados no son los esperados, los maestros mejor calificados 'jalarán' hacia arriba a los demás, de modo que se satisfaga este requisito aunque sea entronizando la medianía.
En otras palabras: al que se apruebe -aunque sea de panzazo- le asignarán puntos extra. En caso de que nadie obtenga calificaciones de excelencia, un resultado reprobatoria se convertirá en pase automático, y los rezagados podrán acumular puntos adicionales para así librarla, y todos contentos. Todos claro está, menos los padres de familia que ven cómo van en picada los estándares de educación para sus hijos.
Ojalá estén equivocados los que promueven esta especie, porque de ser así la niñez mexicana seguirá siendo rehén del más puro oportunismo político.
El agandalle generalizado: ¿nuestra condición natural?
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