La Universidad de Cambridge, en Inglaterra estrena uno de los relojes mecánicos más vistosos del mundo: financiado por el inventor y magnate de los termostatos John Taylor, esta imponente pieza, que atrae la atención de Stephen Hawking, entre otras luminarias del Arte y la Ciencia, es una devoradora de tiempo en el sentido más literal del término.
Su mecanismo ejecutor -representación escultórica en movimiento- constituye un homenaje al escape 'saltamontes' desarrollado en el siglo dieciocho por John Harrison, inventor del cronómetro marino, cuya vida y peripecias han sido relatadas magistralmente por Dava Sobel en su libro Longitude, y en la serie de televisión inspirada por el mismo.
Cabe destacar que el segundero no funciona con regularidad pero está programado para compensar estos intervalos en honor a Einstein, quien decía que hay instantes que duran una eternidad, y horas que transcurren tan rápido, que más bien son segundos.
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