Las Olimpiadas de la Paz (sic)
Plaza de las Tres Culturas, 2-octubre-1968
Ondas expansivas que aún hoy, y en todos los sentidos, reverberan en nuestra conciencia.
HACE CUARENTA AÑOS contados, tuvo lugar la Manifestación o Marcha del Silencio.
Muchos cambios profundas se han operado en nuestro país desde entonces, pero existen retos mayúsculos y preguntas que requieren respuestas históricas puntuales y objetivas.
Hoy ya no existe la Presidencia omnímoda. El PRI dejó de ser brazo electoral del Presidente en turno (aunque en los gobiernos estatales ha recobrado una fuerza que no tenía desde los años treinta). La izquierda gobierna la capital de la República junto con otros estados, y estuvo a un puñado de votos de estrenarse en el Poder Ejecutivo. Ha transcurrido una administración federal panista completa y casi un tercio de la siguiente. Todo indica que las elecciones intermedias -y las del 2012- serán igualmente competidas.
Sin embargo, y gracias en parte al despilfarro del 'bono democrático', actualmente se pierde la confianza en los mecanismos que con tanto sacrificio fueron obteniéndose a raiz de los eventos de hace cuatro décadas. Con múltiples asignaturas pendientes y derechos por adquirir para millones de personas. la interrogante es si estamos dispuestos a asumir responsabilidades compartidas, o si preferimos acceder a formas encubiertas de restauración autoritaria, bastante seductoras en estos tiempos de desánimo generalizado.
¿Permanecerá como en la amnesia o el Limbo la moneda en el aire, o habremos adquirido mayoría de edad a pesar de las actuales circunstancias?
Llegó la hora de las definiciones. Urge un completo rediseño institucional en donde todos participemos, y todos estemos debidamente representados. Un nuevo Contrato Social que nos abarque, y en donde nadie quede excluido. La ciudadanía lo reclama, y tanto el Gobierno como los grandes -y pequeños- protagonistas de la vida pública y privada tienen que actuar en consecuencia, de modo que los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (reconocidos por organismos internacionales como la ONU), sean una realidad en México.
(Google Images)
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