Salen estas recomendaciones muy útiles para los paseantes. Recuerden que el combustible en México cada vez es más caro y no se ve que la tendencia vaya a cambiar (a pesar de que en el resto del mundo los precios van a la baja).
Los excesos al volante cuestan caro
Acelere con suavidad. Pisar el acelerador al fondo puede consumir cuatro veces más gasolina. No acelere cuando no sea necesario.
A veces la física se pone de nuestro lado y la inercia es el mejor “empujoncito” para llegar al semáforo.
Mantener una velocidad constante reduce el consumo de combustible.
La mayoría de los vehículos ofrecen un óptimo rendimiento económico entre 60 y 80 kilómetros por hora.
Recuerde que el clóset se queda en casa: por cada 45 kilogramos extra que cargue su vehículo, se incrementa aproximadamente 2% el consumo de combustible; a la larga esto representa un fuerte incremento.
Pura aerodinámica. Cuando viaje en carretera, mantenga las ventanas arriba y el “quemacocos” cerrado.
Un buen mantenimiento del motor y otras partes del auto pueden disminuir el consumo de combustible en 10 por ciento.
Apague su aire acondicionado a menos que sea estrictamente necesario usarlo. Aire acondicionado más tráfico denso igual a 10% más combustible.
No deje el pie sobre el clutch cuando maneje. Esa pequeña presión hace que el auto “pida” gasolina para el cambio de velocidad.
Infle bien sus llantas. Los neumáticos inflados a la presión recomendada por el fabricante reducen la resistencia al rodamiento y ahorran gasolina.
Asegúrese de que le despachen exactamente la cantidad de combustible que pidió. Una buena sugerencia es comprar gasolina donde lo hace el transporte público, es garantía de que recibirá el volumen correcto de gasolina.
Simple: ¡No maneje! Ciertas distancias se pueden recorrer caminando. Los viajes cortos, sobre todo cuando el motor está frío, aumentan el consumo de gasolina hasta en 50 por ciento, además de contribuir al deterioro ambiental .