Blog Alconsumidor

El teatro de las buenas intenciones

La Secretaría de Educación Pública finge emprender una Cruzada (sic) a favor de la alimentación saludable en las escuelas...

Los principales proveedores de comida chatarra, y distinguidos miembros de la cúpula empresarial firman el Código de Autorregulación de Publicidad de Alimentos y Bebidas Dirigido al Público Infantil (Código PABI), teniendo como testigos de esta simulación al Secretario de Salud y al Procurador Federal del Consumidor...

CCE y Salud, debidamente representados

Y mientras -en el mundo real- los problemas relacionados con la obesidad aumentan exponencialmente, sin que se haga algo efectivo (que no efectista) al respecto.

(Google Images)

La dura realidad que nos rebasa

'1) 25% de los niños mexicanos entre los 5 y los 12 años presentan sobrepeso y obesidad.

2) Entre 1999 y 2006, la obesidad en niños entre 5 y 11 años creció 39%.

3) No existe reglamentación federal alguna para el tipo de alimentos y bebidas que se sirven y venden al interior de las escuelas. Veinte entidades han decidido prohibir la comida chatarra en planteles escolares, pero en ausencia de un entremado federal su aplicación es muy variable, diferenciada y carece de sustento científico.

4) Tanto la Constitución como la Ley General correspondiente garantizan el derecho a la salud, mismo que se tiene en el olvido.

5) Entre 1988 y 2002 el consumo de frutas y verduras descendió en un 30%, y el consumo de refrescos se incrementó en 40%, En el decil más bajo de la población (es decir, entre los más pobres), esta cifra presentó sesenta por ciento de aumento.' 

(Datos proporcionados por EL PODER DEL CONSUMIDOR.)

Ante la ausencia o complicidad de la autoridad en esta, y otras materias, reiteramos que una solución a este problema son precisamente LAS ACCIONES COLECTIVAS...mismas que deben ser aprobadas por diputados y senadores en el actual periodo de sesiones, pues su adopción e implementación en nuestro país es un tema impostergable.

De última hora

Del periódico inglés The Guardian, nos llega la noticia de que el bisfenol A, (o BPA, como se le conoce en inglés): compuesto químico de uso intensivo como resina epóxica en biberones y envases de diversos alimentos y bebidas (e ilustrado arriba), puede incrementar drásticamente la incidencia de problemas cardiacos o endocrinológicos entre la población, de acuerdo con un estudio publicado en la revista de la Asociación Médica Americana.

Menciona asimismo la nota editorial de esta última, que los reguladores de alimentos canadienses ya han declarado oficialmente al bisfenol como un quimico tóxico, con las implicaciones ambientales y de consumo que la denominación amerita.

Esperamos que nuestras autoridades de salud y reguladores se pronuncien pronto al respecto, y tomen cartas en el asunto, aunque tampoco nos hacernos muchas ilusiones.

EXTRA: Otra entrega -esta vez, española- que se relaciona con este tema, y un artículo adicional que se remonta al no muy lejano 2003.

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